En nada de tiempo, desde que el Ministerio tuvo a bien enviar a Vodafone nuestra demanda, se ha solucionado todo. Lo último, los terminales solictados, nos llegaron el jueves y hemos podido jubilar (antes de los 67 años) los terminales de segunda mano que los incapaces de Granatel nos dejaron.
Más satisfacción que los nuevos teléfonos nos da el hecho de ver que todo ha acabado bien.
Haciendo cuentas del tiempo y los medios (transporte, sellos, ordenador, tinta, teléfono, etc.) empleados para librar las batallas, podemos decir que puede equivaler a unos veinte días (un mes) a tiempo completo y unos 30 euros de gastos. Pero vale la pena: la dignidad no tiene precio.
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Albarán de entrega de los terminales reclamados |
Esperemos que sea la última reclamación, al menos a esta compañía.
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